¿Soy mala persona por no haber ido a la Misión? Una reflexión sobre la Obra Misional y la Obediencia


 


DIOS TE SIGUE AMANDO Y SIGUES SIENDO IMPORTANTE.


Hace unos días publicamos una pequeña reflexión sobre las bendiciones que conlleva el haber servido en una misión de regla. Aclarando que ir a una misión puede significar que no sea un cambio en la vida del ex misionero, ya que ir no es suficiente, sino que uno debe ir y servir al Señor.

A raíz de dicha publicación, varios miembros comentaron que no estaban de acuerdo, pues existen misioneros retornados que en vez de mostrar frutos de crecimiento espiritual, solo demuestran vanagloria y orgullo. Incluso comentaron que la idea de decir que "la misión mejora la vida de las personas" es perpetuar actitudes discriminatorias hacia aquellos que no fueron a una misión.

Nos gustaría dejar en claro nuestro pensamiento sobre eso, ya que al parecer, no nos dimos a entender correctamente.

IR Y SERVIR EN LA MISIÓN ES UN MANDAMIENTO PARA LOS POSEEDORES DEL SACERDOCIO.

Esto no tiene discusión, es un mandamiento que se debe cumplir por convenio y convicción. Sin embargo, como todo mandamiento, debe ser voluntario y consultado con el Señor.
Ahora, cumplir con los mandamientos de Dios significa que Dios nos bendecirá y eso significa que mejorará nuestras vidas a medida que seamos obedientes. Si dejamos de obedecer, pues ninguna promesa tendremos.

LA CULTURA DE LA OBEDIENCIA y LA PRESIÓN SOCIAL.

Pertenecemos a una iglesia, donde la cultura se basa en desear lo mejor para otros y esto es que todos nos esforcemos juntos por ser obedientes a Dios, por ejemplo, los obispos desean que los jóvenes sirvan en una misión, pero los jóvenes ven a esto como una "presión" y no como un mandamiento del Señor. Y cuando van a una misión, muchas veces no lo hacen por convicción (aunque he visto casos que al final deciden quedarse en la misión y mejoran sus vidas).
Quizás, los líderes podrían ver las formas más efectivas de invitar a los jóvenes a prepararse para servir en una misión y no ejercer una presión social, ya que es mejor salir a una misión por convicción propia que por presión.

PREJUICIOS SOBRE LOS RETORNADOS.

¿Qué pasa con los retornados?
Pues, debido al servicio que se supone que han dado, se espera que su experiencia se refleje en el grado de espiritualidad cristiana y en el liderazgo. Muchos lo demuestran asumiendo llamamientos y lo hacen con gran éxito debido a desarrollaron esas habilidades en la misión.
Pero no todos son así. Es que algunos al regresar no lograron encontrar esa chispa que tenían y se distrajeron con cosas del mundo; otros están más enfocados a los estudios y/o trabajos; otros simplemente les resulta más complicado ser fieles por el entorno en el que están, por ejemplo, amigos y familiares que no son miembros.

PREJUICIOS A LOS QUE NO FUERON A LA MISIÓN.

La misión, a parte de ser un mandamiento, también es una vocación y no todos sienten el llamado de Dios de la misma manera.
Hay casos específicos por las que un joven no puede ser recomendado para servir en una misión de regla, por ejemplo la edad o ciertas situaciones de salud física o mental.
Sin embargo, existen miembros que, con prejuicios, discriminan a los jóvenes que no salieron a la misión y les hacen sentir menos importantes.

SER EX MISIONERO NO TE HACE MEJOR QUE OTROS.

En la publicación que hicimos, aclaramos que haber ido y servido en una misión no te hace mejor que otras personas, solo te hace mejor que a ti mismo. Al tu "yo del pasado" porque si sirves como se espera que sirvas, creces espiritualmente y mejoras tu propia vida. Tal como dice Pablo que ya no somos el viejo hombre, pues todo es hecho nuevo. El Evangelio de Jesucristo se trata de eso, de mejorar continuamente al obedecer los mandamientos. Pero esto no justifica las actitudes de superioridad moral y vanagloria, porque no es así.

NO HABER PODIDO SERVIR EN UNA MISIÓN NO TE HACE MENOS QUE NADIE.

Debemos evitar el compararnos con otros, esto es dañino. Ya que las demás personas también están en su propio camino a la salvación, con sus altibajos que no podemos comprender.
Si por alguna circunstancia, que solo tú y tu obispo conocen, no pudiste salir a la misión o incluso regresaste de la misión antes de tiempo, eso NO significa que Dios te haya dejado de amar y que seas menos importante para Él.


CONCLUSIÓN: NOS NECESITAMOS UNOS A OTROS.

En fin, la obediencia y bendiciones de unos no significa que sean mejores que de otros. Porque existen casos de personas que no han podido ir a una misión y son líderes dedicados y serviciales.
Pero recordemos que no estamos en una competencia para ver quién es mejor que otro. Sino que estamos en el camino a mejorarnos a cada uno de nosotros mismos, a labrar nuestra perfección individualmente. Pero para lograr esto, nos necesitamos unos a otros, no estar comparándonos.
De este modo, todos trabajamos juntos en la Obra del Señor, hayas servido en una misión o no.
#LaObraNoSeDetiene


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