Habitualmente, he visto publicaciones de ex-misioneros que dicen que "haber ido a una misión no te hace una mejor persona". Ese tipo afirmaciones se prestan para malas interpretaciones.
Es claro que IR a una misión no te garantiza que mejores como persona, pero una cosa es IR y otra es SERVIR en una misión.
Recordemos las palabras de Nefi: iré y haré lo que el Señor ha mandado.
Me encanta que Nefi haya agregado la palabra "haré" y no solo "iré" ya que ir no era suficiente para completar su misión.
Lo mismo pasa con la misión, ir a una misión no es suficiente, uno debe ir y HACER lo que el Señor ha mandado. Y hacer lo que el Señor ha mandado SÍ nos mejora como personas.
Sin embargo, también debo aclarar que no se refiere a que seas mejor que otros, o incluso mejor que aquellos que por diferentes circunstancias no han ido y servido en una misión. Creo que es malo estar comparándonos con otras personas; eso solo genera envidia, orgullo y vanidad.
Pero, ¿A qué me refiero? Pues a ser mejor que nuestro yo del pasado. Servir en una misión nos ayuda a ser organizados, a buscar soluciones a las dificultades no solo espirituales, sino también temporales. Nos ayuda a ser serviciales, a amar a otros y traerlos a Cristo.
Y lo más importante es que nos ayuda a conocer mucho más al Salvador.
Todos aquellos que fueron e hicieron lo que Dios mandó en una misión, los que hicieron esto de corazón, pueden afirmar que a pesar de no llegar a ser "perfectos", sí se han mejorado a sí mismos y han crecido espiritualmente.
Aunque hay muchas cosas por mejorar, y no se puede exigir demasiado a los misioneros retornados, eso no significa que no hayan mejorado como personas.
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