Saint Seiya, conocida en Latinoamérica como Los Caballeros del Zodiaco, es una serie japonesa de los años 80 que ha cautivado a generaciones con sus historias de heroísmo, sacrificio y lucha contra el mal. Aunque está inspirada principalmente en la mitología griega, muchos de sus elementos simbólicos y temáticos resuenan con enseñanzas espirituales y principios del cristianismo. Curiosamente, algunas de estas ideas tienen una afinidad notable con las doctrinas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD).
Este artículo explora en profundidad los paralelismos entre Saint Seiya y la fe SUD, mostrando cómo incluso en una obra de ficción se pueden encontrar ecos de verdades eternas.
1. La guerra entre la luz y la oscuridad
En Saint Seiya, los caballeros luchan constantemente contra fuerzas oscuras: el Santuario corrupto, Poseidón, Hades y otros enemigos sobrenaturales. Esta guerra no es solo física, sino también espiritual: los personajes deben dominar sus miedos, pasiones y dudas para alcanzar niveles superiores de conciencia (como el Séptimo y Octavo Sentido).
Esto se asemeja a la enseñanza SUD sobre la guerra espiritual que todos enfrentamos. El Libro de Mormón habla repetidamente de "vestirse con la armadura de Dios" (Efesios 6:11; Alma 43:19-21). La lucha diaria entre el bien y el mal es real, y el progreso espiritual requiere esfuerzo, fe y pureza.
2. El sacrificio redentor y la expiación simbólica
Una de las características más poderosas de Saint Seiya es el sacrificio que hacen los protagonistas por sus seres queridos y por la humanidad. Seiya, por ejemplo, se ofrece repetidamente para sufrir – y eventualmente morir – por salvar a Atenea y al mundo.
Aunque en la fe SUD el único sacrificio expiatorio real es el de Jesucristo, el simbolismo de dar la vida por los demás resuena profundamente. Juan 15:13 enseña: "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos". El sacrificio por amor, como lo muestran los Caballeros, es un eco del sacrificio supremo de Cristo.
3. El albedrío moral frente al destino
En Saint Seiya, aunque muchos personajes están "marcados por el destino" o predestinados a ciertos roles, constantemente deciden su camino. Seiya desafía a los dioses, Hyōga cuestiona sus lealtades, y Ikki elige el bien tras haber sido corrompido por el mal.
Este conflicto entre destino y elección resuena con la doctrina central de la Iglesia SUD: el albedrío moral. 2 Nefi 2:27 afirma: "Los hombres son libres para escoger la libertad y la vida eterna... o la cautividad y la muerte". Cada alma tiene el poder de decidir su camino, más allá de circunstancias o preexistencia.
4. La resurrección y el cuerpo glorificado
En varias ocasiones, personajes aparentemente muertos regresan a la vida (Seiya, Ikki, Shaka en el Muro de los Lamentos). Más que simples resurrecciones, estas escenas representan transformaciones: los personajes despiertan a un nivel más alto de existencia.
La doctrina SUD enseña la resurrección literal del cuerpo y su transformación gloriosa (Alma 11:43-45). En Saint Seiya, esta glorificación se manifiesta como la "armadura divina" y la ascensión a planos celestiales, una analogía a los grados de gloria descritos en Doctrina y Convenios 76.
5. Hermandad eterna y unión de corazones
Uno de los pilares emocionales de la serie es la amistad y lealtad entre los protagonistas. Se llaman "hermanos" aunque no lo sean literalmente. Se apoyan, se perdonan y luchan juntos incluso cuando están al borde de la muerte.
Esto tiene un paralelo profundo con la enseñanza SUD de que todos somos hijos espirituales de Dios, por lo tanto hermanos y hermanas eternos. Mosíah 18:21 enseña que los santos deben tener "un solo corazón y una sola alma". La hermandad entre Seiya, Shiryu, Hyōga, Shun e Ikki es una representación de esa unión espiritual.
6. La divinidad femenina y la figura de Atenea
Aunque no se adora, Atenea es presentada como una diosa sabia, protectora y profundamente compasiva. Representa el amor, la justicia y la misericordia. Se presenta como una figura maternal que lucha contra el orgullo de los dioses varones destructivos.
La Iglesia SUD enseña sobre la existencia de una Madre Celestial, aunque no se la adore. La reverencia por lo divino femenino, la compasión y la sabiduría espiritual reflejada en Atenea tiene ecos de esta doctrina poco conocida pero poderosa.
7. El plan de salvación en clave simbólica
En Saint Seiya, los caballeros deben pasar por pruebas terribles, vencer su ego, dominar su cosmos, y finalmente alcanzar una existencia superior donde pueden caminar entre dioses. Esta narrativa refleja el plan de salvación en forma simbólica:
Nacimiento terrenal (como huérfanos o guerreros comunes)
Pruebas mortales (las guerras santas)
Redención a través del sacrificio
Glorificación (ascender a los Elíseos o alcanzar el Octavo Sentido)
Todo este proceso resuena con la idea SUD de la progresión eterna: que cada ser humano tiene el potencial de volverse como Dios a través de la fe, el arrepentimiento, las ordenanzas y la obediencia continua.
Conclusión: el Evangelio restaurado en el corazón de la ficción
Saint Seiya no es una obra cristiana ni doctrinal. Pero como toda gran historia, refleja en su narrativa mitológica los anhelos universales del alma humana: redención, sacrificio, resurrección, progreso y amor eterno.
Para un miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Saint Seiya puede verse como una rica fábula contemporánea que, aunque estilizada, contiene muchas verdades parciales y paralelismos simbólicos con el Evangelio restaurado. Nos recuerda que el deseo de vencer la oscuridad, proteger al inocente, y alcanzar una gloria eterna está grabado en el corazón de cada uno, sin importar su cultura o creencias.
Y quizás, como Seiya y sus hermanos de bronce, nosotros también fuimos enviados a esta Tierra con una armadura invisible, listos para luchar por la luz, con la certeza de que el bien triunfará al final
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