¿Por qué decimos que la Iglesia es perfecta pero los miembros no?

 A menudo, cuando los miembros de la Iglesia nos encontramos con situaciones en las que un miembro activo comete actos detestables como delitos o pecados inmorales, solemos usar esta frase: "La iglesia es perfecta, los miembros no". Esto en referencia a que los miembros cometen errores y pecados que no representan a la Iglesia.

Sin embargo, los detractores y enemigos de la Iglesia se burlan de esta frase diciendo que la "iglesia" en realidad son sus miembros, que sin los miembros, la iglesia no es nada, por lo tanto, así como cuando los miembros hacen obras de caridad y se les atribuye a la iglesia, entonces los mismo debería pasar cuando los miembros cometen actos repudiables, que debería ser culpa de la "iglesia".

Como casi siempre ocurre en el argumento de los detractores y enemigos de la Iglesia, se basan en falacias que debemos reconocer. Pero aclaremos todo desde el principio.

¿Qué significa IGLESIA?

La palabra iglesia proviene del griego Ekklēsía que significa "asamblea" o "congregación", es lo que usaba el Apóstol Pablo para referirse a las comunidades de miembros de la iglesia en distintas localidades, al decir "la iglesia en Éfeso" se refería a la "congregación que se reúne en Éfeso". Por lo tanto, originalmente, la palabra iglesia se usa para referirse a los miembros en general.
Luego, con el pasar del tiempo, la cultura y la sociedad han ido asimilando distintos significados a esa palabra, algunos lo relacionan con "religión" y otros como los edificios donde los miembros de una religión se reúnen. Actualmente, se da por entendido que se refiere a la institución que profesa una religión y representa a los miembros que pertenecen a la misma.

¿Qué diferencia hay entre la INSTITUCIÓN de la Iglesia y la CONGREGACIÓN de la Iglesia?

Entendemos por institución al conjunto de doctrinas y principios que rigen a la Iglesia, los encargados de administrar que se cumplan y que se difundan correctamente las enseñanzas y prácticas de la Iglesia son los líderes eclesíasticos, en el caso de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, estos líderes son la Primera Presidencia y el Cuórum de los 12 Apóstoles.
La congregación es el conjunto de miembros que aceptan libremente adherirse a las enseñanzas y prácticas de la iglesia. En este punto, los líderes eclesiásticos también son parte de la congregación, pues también deben cumplir con las enseñanzas y prácticas de la iglesia.
Es decir, tanto los miembros en general como los apóstoles, son parte de la congregación, que libremente decidieron vivir las enseñanzas que se dan en la iglesia.
Mas el autor y líder absoluto de la iglesia, el que da las enseñanzas y prácticas para que los adiministren los apótoles es Jesucristo mismo.

¿Entonces, es la Iglesia perfecta?

El único perfecto en la iglesia es Jesucristo y Su Evangelio. Los administradores (apóstoles y profetas) y los miembros en general son seres humanos llenos de imperfecciones. La estructura, unidad y doctrina de la Iglesia, tal como la estableció Jesucristo es perfecta, pero los encargados en la tierra no lo son.
Por lo tanto, es posible decir que la Iglesia es perfecta pero los miembros no, ya que no nos estamos refiriendo a los seres humanos que la conforman individualmente, sino a la organización institucional que dirige Jesucristo mismo.

¿Qué es lo que los miembros y no miembros critican de imperfecta a la Iglesia?

Lo que a menudo ellos quieren hacer diferencia es a la cultura de los miembros de la Iglesia, como ocurre en todo tipo de comunidades, entre los miembros de la iglesia en distintas partes del mundo se crean culturas a partir de la prácticas cotidianas, entre los que se encuentran, la Noche de Hogar, el Servicio comunitario, los matrimonios jóvenes, el Servicio misional, etc. Pero, algo ocurre en Utah y en otras comunidades donde los miembros podrían estar acostumbrados a estar rodeados de personas que comparten sus ideales y es que se pueden llenar de prejuicios y hasta rechazo cuando tienen que lidiar con otras personas con distintas formas de entender la realidad y distintas formas de vivir, esto se le conoce como choque cultural.

Los enemigos de la iglesia acusan a los miembros de racismo, misoginia y homofobia, porque en la cultura de los miembros, aceptan que hace años el sacerdocio no se otorgaba a las personas afrodescendientes, las mujeres no son ordenadas al sacerdocio y la iglesia no oficia "matrimonios homosexuales". Algunos miembros defienden estas posturas (con excepción a lo que ya no es una práctica con respecto al sacerdocio y los negros) con tanto fervor que recurren a discursos que para otras personas resultan chocantes.

Otra cosa que ven como parte de la cultura de los miembros son prácticas que no son enseñadas por la iglesia pero que la comunidad de los miembros asumen como parte de su vida diaria, por ejemplo, ver de mala manera a los jóvenes que aún no se casan, ver de mala manera a los jóvenes que aún no van a la misión, ver de mala manera  a los que deciden divorciarse, ver de mala manera a los miembros que apoyan movimientos políticos fuera de lo considerado ortodoxo, el chisme, etc. Es esta cultura la que incluso nosotros criticamos, pero es parte de nuestra humanidad y es algo que sin duda tiene que mejorar.

¿Es la iglesia culpable de la mala cultura de los miembros?

Porsupuesto que NO. ¿Cómo puede ser culpable la institución que tiene como enseñanzas amar al prójimo, huir de los chismes y evitar las cofrontaciones por opiniones políticas?

¿Es la iglesia culpable del racismo que hay entre los miembros?
No. La iglesia enseña en contra del racismo y advierte que hay que evitar mezclar las enseñanzas del evangelio con filosofías humanas, entre las que están el marxismo (ideología que enfrenta a las clases sociales) o el nacionalismo étnico (ideología que aboga por la supremacía de una raza sobre otra, donde se puede calificar al nazismo).

¿Es la iglesia culpable de la misoginia que hay entre los miembros?
No. Los movimientos culturales y políticos quieren establecer que la sumisión cristiana de la mujer es misógino, proponen que el matrimonio es esclavismo para la mujer y el hecho de que se exalte la maternidad como divina es ir en contra de su derecho a decidir sobre su cuerpo. Los grupos que abogan por el asesinato de los seres humanos en el vientre, llaman a la iglesia misógina por declarar la Santidad de la Vida.

La iglesia enseña que existe una Madre Celestial que participó activamente en la creación, enseña que la decisión de Eva en el jardín fue un acto primordial para nuestro progreso y exalta el hecho de que el primer ser humano en ver al Salvador resucitado fue una mujer. En la iglesia, existe la organización de mujeres más grande del mundo y que sin su papel primordial, el varón no puede alcanzar la exaltación. 
Para la iglesia, la mujer no es sin el varón ni el varón sin la mujer, ambos deben ser complementarios.

¿Es la iglesia culpable de la discriminación hacia la comunidad LGBT?
No. Nuevamente, los activistas LGBT llaman homofobia a la defensa del matrimonio heterosexual. Para muchos, la condenación hacia el pecado del homosexualismo que hay en la biblia es homofobia.
Pero la iglesia enseña que hay una diferencia entre pecador y pecado. Para la iglesia, que una persona tenga sentimientos y atracción hacia alguien de su mismo sexo no es pecado.
Pero también enseña que la Ley de Castidad debe cumplirse por todas las personas, sin importar su sexo, orientación sexual o estado civil.
La iglesia enseña a amar al prójimo y enseñar con amor, enseña que no es nuestro deber condenar las decisiones personales de otras personas.

¿Es la iglesia culpable de los chismes?
No, la iglesia enseña que no se deben fomentar.

Conclusión

En conclusión, las decisiones personales de los miembros son de los miembros, sin embargo, se exalta cuando los miembros deciden libremente poner en práctica lo que la iglesia enseña, pero ¿qué pasa cuando los miembros no cumplen con lo que la iglesia enseña? Pues, simplemente están actuando libremente y sus aciones no representan las enseñanzas de la Iglesia, por lo tanto, no es culpa de la Iglesia si un miembro comete actos inmorales y delitos repudiables.
Y también es importante recordar que Cristo organizó Su Iglesia para perfeccionarnos, no para sentirnos perfectos.