Como Santos de los Últimos Días, ¡LEAMOS LA BIBLIA!

 

¡LEAMOS LA BIBLIA!

Conozcámosla muy bien. Vivamos sus preceptos. Recordemos que si no fuera por la Santa Biblia, José Smith nunca hubiera leído el pasaje de Santiago, nunca hubiera orado y la Restauración no se hubiera llevado a cabo. 

Nada en esta vida es por casualidad.

He llegado a ver la entrevista a una hermana inactiva. Ella fue muy amable, tranquila y educada. Según su historia, antes de ser miembro a los 17 no seguía ninguna religión, pero gracias a la iglesia que creyó en Dios. El entrevistador no encontraba muchas fallas en la iglesia de Jesucristo, así que preguntaba si tuvo experiencias malas en la iglesia.

La hermana no tiene rencilla en contra de la iglesia, no tuvo "malas experiencias", solo se alejó porque para ella, en la iglesia NO SE LEE MUCHO LA BIBLIA y tiene doctrinas que no son bíblicas.

Este es solo un caso particular. En mi caso, yo como miembro de la iglesia, mi libro canónico favorito es la Biblia, tengo mi colección de diferentes versiones de la Biblia. La tengo en sus idiomas originales, creo que es un libro lleno de misterios por descubrir y me deleito en escudriñarla. Cuando fui misionero, mis compañeros me decían "testigo de Jehová" porque tenía un buen manejo de la Biblia.

Sin embargo, no puedo negar que hay muchos miembros que a penas la leen. O que se enfocan más en el Libro de Mormón. 

Lo que me encanta de la iglesia es que tenemos la Revelación continua y que no dependemos de solo la Biblia para tener fe en Dios. Sin embargo, eso no reemplaza el valor de las Escrituras.

También puedo notar que a pesar de que creamos que el Libro de Mormón es un complemento de la Biblia y que ambos libros no compiten, sino que ambos son la palabra de Dios; solo leen el Libro de Mormón sin su compañera: La Santa Biblia. 

Quizás en Latinoamérica no tengamos la costumbre de leer y por eso apenas leemos el Libro de Mormón (porque la verdad es relativamente más fácil de entender), pero creo que es importante leer la Biblia y conocerla de tal modo que sepan que realmente creemos que es la Palabra de Dios, no de la boca para afuera, sino de corazón. 

No sugiero que sean "fanáticos de la Biblia" como yo, que tengo una colección de diferentes versiones; solo que lean, amen y vivan la Biblia como se supone que debe ser. El Libro de Mormón es la palabra de Dios, pero hay muchos conceptos que son más fáciles de entender si comprendemos el contexto de la Biblia. En verdad, ambos libros sagrados son igual de importantes.