La Iglesia de Jesucristo NO compra testimonios.



Aclaremos lo que realmente pasó con el video de Alitza Stinson y la supuesta “compra de testimonios” por parte de la Iglesia.

El jueves 26 de junio, la influencer Alitza Stinson publicó un video en Instagram contando que, tras más de 10 años alejada de la Iglesia, recibió un correo con una propuesta de trabajo para crear contenido religioso patrocinado.

Ella mostró una captura del briefing (guía creativa), y algunos pensaron que era una historia inventada para desacreditar a la Iglesia. Sin embargo, miembros activos confirmaron que ese briefing sí es real y forma parte de una campaña legítima de marketing centrada en Cristo.

¿Dónde está la confusión entonces?
La narrativa del video sugiere que la Iglesia está “comprando testimonios” a influencers. Pero si se lee bien el correo, se nota claramente que estaba dirigido a miembros activos, con fe en Jesucristo, que ya tienen un testimonio y desean compartirlo.
Esto fue confirmado por la misma Alitza días después, cuando explicó que la Iglesia la llamó para disculparse por haberle enviado ese correo por error, ya que ella no es actualmente una miembro activa.

Entonces, ¿qué está pasando realmente?

La Iglesia NO está comprando testimonios.
Lo que ha hecho es trabajar con agencias de marketing para invitar a miembros activos a crear contenido audiovisual profesional, siguiendo lineamientos claros y centrados en Cristo.
El pago no es por el testimonio, sino por el trabajo de producción: grabación, edición, iluminación, audio, etc. Ser influencer hoy en día es un oficio legítimo en el mundo del marketing digital. Y es necesario repetir que el pago no es por el testimonio, sino por el trabajo técnico que conlleva la producción audiovisual. 

¿Está mal pagar por este tipo de contenido?
No. Lo que sería poco ético es ocultar que fue pagado o fingir que fue espontáneo cuando no lo fue.
Pero en este caso, la campaña no pedía eso, y de hecho, se pedía que el contenido fuera honesto, alegre, edificante y respetuoso.

¿Qué dice la Iglesia oficialmente?

La Iglesia sí tiene una política clara sobre esto.

En el Manual General, sección 38.8.20, se establece:

"Los miembros no deben declarar ni insinuar que el contenido, las imágenes u otro material de su recurso en línea tienen el patrocinio o el respaldo de la Iglesia, ni que la representan a ella oficialmente en modo alguno. Más bien, el recurso en línea debe incluir un aviso claro en el que se indique que no es un producto oficial patrocinado por la Iglesia".
Esto implica que la Iglesia no requiere que la publicaciones oficiales sean publicadas en perfiles personales.

Además, en múltiples comunicados, la Iglesia ha reiterado que:

Las redes sociales personales no representan canales oficiales.

Cuando hay campañas oficiales, la producción suele ser usada en canales oficiales o requiere una revisión estricta para asegurar transparencia y claridad.

CONCLUSIÓN 

-Compartir nuestro testimonio es gratis y sagrado.
-Pero producir contenido audiovisual profesional puede tener un costo justo, y eso no es inmoral.
-Lo importante es la transparencia, el respeto a las políticas de la Iglesia, y evitar caer en narrativas engañosas.

Como miembros, seamos cuidadosos al compartir y al creer contenido en redes sociales. No todo lo viral es verdad. Y no todo lo que parece una “denuncia” es necesariamente justo o completo.

Sigamos compartiendo la verdad con amor, claridad y sin contención.

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