En febrero de 2023, varias agencias de noticias reportaron que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue sancionada con una multa de 5 millones de dólares por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC). Para algunos, fue una sorpresa. Para otros, motivo de crítica. Y para muchos miembros fieles, surgió una pregunta inevitable: ¿Qué significa esto para nuestra fe?
Como Santos de los Últimos Días, nos tomamos en serio la rectitud en el manejo del diezmo. Creemos que se trata de recursos sagrados dedicados a la obra del Señor. Por eso, vale la pena entender qué ocurrió realmente, qué no ocurrió, y cómo podemos responder desde una posición de fe informada.
¿Qué ocurrió con la SEC?
La SEC sancionó a Ensign Peak Advisors, el fondo de inversiones que gestiona los recursos de la Iglesia, por no haber reportado de manera adecuada las inversiones financieras a través de los formularios requeridos (13F). En vez de presentar reportes agregados, Ensign Peak utilizó durante años empresas separadas para dividir la presentación de los informes.
Este mecanismo no fue con fines criminales ni para beneficio personal de líderes. Según la Iglesia, el objetivo fue proteger la confidencialidad de su portafolio, evitando atención pública innecesaria. Aun así, la SEC determinó que esa práctica no cumplía con los estándares legales de transparencia, y se impuso una multa de 5 millones de dólares (1 millón a la Iglesia y 4 millones a Ensign Peak).
¿Fue evasión de impuestos o corrupción?
No. El caso no tiene relación con el IRS ni con impuestos. Tampoco hubo acusaciones de robo, enriquecimiento ilícito o uso indebido del dinero del diezmo. El problema fue administrativo y técnico, no criminal ni doctrinal.
La Iglesia, en su comunicado oficial, lamentó el error, reafirmó su compromiso con la ley, cooperó con la investigación y comenzó a cumplir con los requisitos actualizados desde 2019.
¿Cómo debe responder un miembro fiel?
Desde una perspectiva de fe SUD, este evento no niega la veracidad del evangelio restaurado, ni el testimonio de Jesucristo, ni el impacto positivo de la Iglesia en el mundo. Pero sí nos recuerda algo importante: la Iglesia está dirigida por revelación, pero sigue siendo administrada por seres humanos imperfectos.
En la historia sagrada también vemos momentos en los que líderes inspirados cometieron errores administrativos o de juicio:
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Pedro fue corregido por Pablo por actuar con hipocresía (Gálatas 2:11–14).
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Los jueces del Antiguo Testamento tomaron malas decisiones que afectaron a Israel.
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Incluso José Smith cometió errores de gobierno por los que el Señor lo reprendió (DyC 3).
La diferencia está en cómo respondemos. En este caso, la Iglesia:
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No negó los hechos.
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No encubrió ni transfirió la culpa.
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Aceptó la sanción.
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Corrigió su proceder.
Eso también habla de integridad.
El fruto de esta obra sigue siendo verdadero
A pesar de este error administrativo, la Iglesia sigue siendo una de las organizaciones religiosas más activas en ayuda humanitaria, construcción de templos, educación religiosa y servicio a nivel global. En 2023, por ejemplo, se reportó más de 1.4 mil millones de dólares en ayuda humanitaria, y miles de voluntarios trabajaron en proyectos comunitarios.
Muchos críticos olvidan esto. Pero nosotros, como miembros, podemos recordar que la verdadera Iglesia no es una institución sin errores, sino una que, aun siendo imperfecta, sigue siendo dirigida por revelación y se esfuerza en hacer el bien.
Conclusión: entre la fe y la transparencia
Este caso no debe ser ignorado, pero tampoco usado para destruir la fe. Es una oportunidad para ser más maduros como miembros, más conscientes como administradores, y más humildes como discípulos.
Podemos seguir creyendo en el poder del sacerdocio, en el Libro de Mormón, en la expiación de Jesucristo y en la restauración del evangelio, incluso mientras reconocemos que la Iglesia sigue aprendiendo.
La perfección no se manifiesta en la contabilidad, sino en el fruto del Espíritu que produce esta obra (Gálatas 5:22–23). Y ese fruto, a pesar de todo, sigue siendo real.
LEE AQUÍ EL COMUNICADO OFICIAL DE LA IGLESIA
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