¿Otra razón por la que actualmente abandonan a la Iglesia?

 

Vivimos en un mundo globalizado donde el acceso a la información es demasiado grande a comparación de años anteriores. En esta nueva realidad, quizás las personas que viven en las ciudades se sientan más agobiadas que en otras épocas, por el trabajo, los estudios, las relaciones interpersonales, las metas de la vida, y cuando eres parte de una religión, se suman las expectativas o el modelo de vida de aquella comunidad religiosa.

Con el auge de la Teología Liberal y el legalismo en las congregaciones cristianas, puede ser tentativo profesar una fe que no exija muchos requisitos; sin embargo, este no parece ser el caso para los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en latinoamérica o al menos para las personas que hayan sido criadas en ambientes religiosos mucho más rigurosos que las que se viven en la Iglesia SUD.

Lo digo desde mi punto de vista personal, pues he tenido la influencia de la Iglesia Bautista tradicional Fundamentalista. En esta congregación cristiana, las mujeres tienen prohibido usar aretes, maquillaje, cabello corto, pantalones o tener un tipo de liderazgo en la iglesia, no pueden ni siquiera hablar en el púlpito de la congregación; los hombres no pueden tener cabello largo, y está prohibido bailar (porque para ellos, el baile es pecado). Es por esto, que al ver el estilo de vida en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, me parecía que era un iglesia demasiado liberal, donde hasta las mujeres jóvenes daban discursos en la reunión sacramental, y eso no era poco, sino que cualquier persona al ser asignado podía salir a dar un discurso, no tenía que haber pasado un seminario teológico para que haga eso. Para mi perspectiva, la Iglesia "mormona" era un lugar de libertinaje. Claro, todo eso porque había tenido la influencia de otra iglesia mucho más estricta.

Ahora después de varios años en la Iglesia, me doy cuenta que hay un auge de personas que se alejan de ella porque la consideran "muy ortodoxa, fundamentalista y ultraconservadora". Sí, a mí me suena increíble que la Iglesia SUD ahora sea considerada "ultraconservadora" y demasiado estricta. Y este auge se ve mucho más en EEUU, país donde el liberalismo social se ha expandido con su influencia cultural.

Pero bueno, diría que es normal que esa perspectiva sea de una persona que no haya sido criada en la Iglesia o que en la mayor parte de su vida, la influencia de su entorno ha sido más liberal que estricta. Pero estoy viendo que no necesariamente es así.

El otro día me encontré con el video de un youtuber que no sabía que era miembro de la Iglesia, pues el contenido de su canal era científico y aventurero. Sin embargo, se salió de su línea para titular un video: ¿Por qué me salí de la Iglesia Mormona?

En los primeros minutos hablaba de su experiencia buena en la Iglesia, con sus padres, con su fe, luego empezó a hablar de su nueva familia y los propósitos que tenía con su nueva hija. Y decidió no criarla en la iglesia para que ella misma tome su propia decisión, exponiéndola a distintas religiones y estilos de vida... Pero esta decisión, le trajo a él un sentimiento de culpa por lo que fue a una psicóloga y en esas sesiones, él empezó a sentir rechazo y luego odio hacia la Iglesia... y en el minuto 13:36 dijo las palabras clave: La Iglesia es homófoba, racista y misógina, con un sistema jerárquico heteronormativo.

La interseccionalidad ataca de nuevo.

La interseccionalidad es un concepto posmoderno que trata de explicar las relaciones de poder, donde existe un opresor y un oprimido. A la vez busca definir y cuestionar este tipo de relaciones para que sean abolidas mediante la deconstrucción de los individuos, a fin de que los opresores sean conscientes de sus privilegios sociales y asuman una actitud de cambio y disculpa. 
En otras palabras, la interseccionalidad asume que un hombre cisgénero, blanco, heterosexual y cristiano es un opresor y aunque no sea mala persona, es culpable de que la sociedad le haya dado privilegios sobre sus contrapartes, es decir: una mujer transgénero, negra, homosexual y atea.

Los que manejan el discurso de la interseccionalidad pueden llegar al fanatismo de acosar a todo aquél que se encuentre en el lado "opresor" y echarle la culpa de los males de este mundo. A menudo, los que defienden la interseccionalidad, son aliados de movimientos a favor de los "oprimidos", en este caso, los colectivos LGBT, antirracistas y feministas. En las redes sociales es fácil identificar a los defensores de la interseccionalidad, usan pronombres como parte escencial de su presentación, y llevan banderas de distintos colores para identificarse con un género u orientación sexual, a las personas que calzan en todos los aspectos de ser un "opresor" pero que defienden la interseccionalidad, entonces son etiquetadas como "Aliados" o "Allies" en inglés.

Con frecuencia, los que deciden sumergirse en el mundo de la interseccionalidad, no solo se sienten confundidos por las etiquetas que deben asumir, sino también porque han aparecido movimientos que reaccionan en contra y los califican con términos que antes eran elogios y ahora suenan a broma, como: Woke, Social Justice Warrior, Progre, etc.

Aquí una serie de videos de un psicólogo que explora más a detalle lo que pasa en la mente y cuáles son las influencias de sus posiciones. Sabemos que estos son los que ahora están detrás de la Nueva Corrección Política.

 

Las personas que se quieren evitar todo el confuso problema de encajar en una etiqueta, deciden llamarse a sí mismos como "Queer", palabra sin significado exacto en español, pero podría significar "raro, marica, estrafalario".

Todo estaría bien con las personas que  defienden la teoría de la interseccionalidad, sin embargo, parte de sus campañas es atacar directamente lo que ellos consideran el mal de la sociedad: El Cristianismo.

Como se puede apreciar en este video hecho por una persona defensora de la interseccionalidad

La interseccionalidad Vs. El Cristianismo

No se puede negar que se ha venido haciendo una campaña muy eficaz desde muchas plataformas para crear el discurso de que el Cristianismo ha sido un cáncer para la sociedad occidental. Para los defensores de la teoría de la interseccionalidad, el cristianismo ha sentado las bases de la homofobia, el racismo y la misoginia.

Es por esa razón, que los activistas ahora promueven la abolición de la Libertad religiosa, ya que el Cristianismo, desde la Reforma Protestante, ha sentado las bases de la Libertad de Pensamiento y de Religión para que las personas no sean perseguidas por sus creencias. 

Dentro de la gama del Cristianismo se encuentra la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Por lo tanto, no se puede encontrar fuera del alcance de las críticas de los activistas de la interseccionalidad. Y es por esta razón que la Iglesia de Jesucristo es considerada "Ultraconservadora", uno pensaría que es porque no pueden beber alcohol o café, no, no es por eso que la consideran ultraconservadora, ya que muchos activistas de la interseccionalidad no tienen problemas en las dietas alimenticias estrictas, como en el caso de los veganos, sino que la consideran "ultraconservadora" por su posición frente a la homosexualidad, el sacerdocio para las mujeres y obviamente porque en su historia, antes no se daba el sacerdocio a las personas afrodescendientes.

La Interseccionalidad Vs. La Iglesia de Jesucristo

Hace tiempo escribimos un artículo que hablaba sobre esto, donde resumimos el tema de la interseccionalidad y cómo es que con estos argumentos, muchos activistas atacan a la Iglesia de Jesucristo. ¿Pero realmente es así? A ver veámoslo punto a punto:

Misoginia:

 Aversión a las mujeres (RAE). La aversión es odio y rechazo. Los activistas de la interseccionalidad aseguran que la iglesia es misógina por el hecho de que no oramos a la Madre Celestial, no se da el Sacerdocio a las mujeres, hay mas hombres hablando en las conferencias generales que mujeres, que dentro de sus políticas haya restricciones al aborto, la antigua práctica de la poligamia. En resumen, los activistas aseguran que la misoginia está institucionalizado en la Iglesia.

Esto no puede estar más alejado de la verdad:

-No oramos a la Madre Celestial por designio divino, es una cuestión que solo Dios puede decidir, no nuestras teorías políticas y filosóficas.

-No se da el sacerdocio a las Mujeres porque el Padre Celestial ha decidido que las llaves sean otorgado a los hombres dignos, nótese que cualquier hombre tampoco puede ejercer el sacerdocio. Sin embargo, las bendiciones del Sacerdocio son derramadas para todas las personas que hagan convenios con Dios en Su Templo.

-Actualmente se están dando más oportunidades para que las hermanas líderes den discursos en la Conferencia General, pero las designaciones en la Iglesia se dan por revelación, no para cumplir cuotas como se espera en otros lugares.

-El Aborto es un asalto para los inocentes y las restricciones que existen han sido tomadas con mucho cuidado.

-La Poligamia es un tema espinoso en la historia de la Iglesia, y por eso les dejamos una serie de documentos sean oficiales o no de la Iglesia, pero que sí son fidedignos a los que podrían recurrir.

Con esto podemos deducir que no se puede afirmar que la Iglesia es misógina. Pero es obvio que a los activistas no les convencerá.

Homofobia:

 Aversión hacia la homosexualidad o las personas homosexuales (RAE). Nuevamente, la aversión es odio y rechazo. La iglesia considera pecado a la abominación de usar los sagrados poderes de la procreación fuera del matrimonio entre un hombre y una mujer. Todo lo que rompe la Ley de Castidad es pecado. La Iglesia maneja un discurso distinto a lo habitual, llama a los sentimientos de atracción como solo eso: Atracción hacia el mismo sexo (AMS). Y se usa este término para distinguir del estilo de vida abiertamente homosexual, donde el comportamiento de la persona rompe con la ley de Castidad en pensamientos, palabras y acciones. Sin embargo, ni los líderes ni los miembros son llamados a rechazar u odiar a las personas que son abiertamente homosexuales.

Los activistas encuentran imposible que una persona con atracción hacia el mismo sexo no viva como abiertamente gay; para ellos, ese comportamiento es represivo y antinatural, incluso es antiderechos y va contra la salud mental. Y es que no están tan alejados de la verdad, porque efectivamente hay personas con problemas de salud mental porque sus deseos son más fuertes que sus decisiones.
La Iglesia ha hecho un gran avance al ofrecer guías de apoyo y comprensión para las personas que experimentan atracción hacia el mismo sexo, sin embargo, para los activistas no es suficiente, ellos no solo desean apoyo eclesiástico, ellos esperan que la Iglesia se disculpe y diga que no es pecado acostarse y tener intimidad con alguien del mismo sexo, y también que se lleven a cabo matrimonios homosexuales en las capillas. Esto es algo que efectivamente no sucederá porque iría en contra del Plan de Salvación y Exaltación, doctrina fundamental en la Iglesia.

Racismo:

Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive. (RAE). El Racismo presupone que una etnia con características similares en los grupos humanos es superior a otra todo por su color de piel. No, no existe racismo a la Inversa, todo aquél que crea que su color de piel lo hace mejor persona que otro es racista, así de simple. Aunque para los activistas de la interseccionalidad, una persona blanca no puede ser víctima de racismo porque lo blanco es opresor, según ellos mismos.

Uno creería que después que se abolió la política de la restricción del sacerdocio todo habría mejorado, pero no parece ser así para los activistas, ellos asumen la posición del movimiento antirracista, que en realidad es un movimiento supremacista y discriminador. El Antirracismo como ideología busca denigrar, juzgar, criticar, atacar a cualquiera que no acepte su posición y lo tilda de "racista". Esto no solo se dan entre personas de piel blanca, sino también entre personas de piel negra. El racismo y el antirracismo son dos caras de la misma moneda.
La Iglesia condena todo tipo de racismo y toda posición que busca denigrar y atacar a otra persona por motivos de raza o ideología y es por esto que a los activistas no les convence.
Los activistas desean que la Iglesia sea "antirracista".

Ellos llegan al punto de decir que la Iglesia es racista porque la mayoría de autoridades generales son blancos; así es, es lo más racista que se puede escuchar, pero ellos no asumirán que lo son.

¿Por qué abandonan a la Iglesia?

Y ahora volvemos a lo que estaba contando inicialmente... Todo habría quedado allí sino fuera porque a esta corriente se sumó el cantante David Archuleta, quien hace unos años dijo públicamente que es parte de la comunidad LGBT. Al comienzo después de su declaración decía que no era necesario estar en la dicotomía de Religión vs. LGBT. Sin embargo, tal como pasó con el youtuber del que conté al inicio, Archuleta ha ido modificando su discurso para alinearse cada vez más con la interseccionalidad.
Él decía que su fe en Dios lo había ayudado y al final dice que ahora está mejor lejos de la religión. Incluso declaró que para la Iglesia, tener atracción hacia el mismo sexo es lo mismo que ser un asesino, una declaración muy lamentable. Él escogió su camino hacia afuera de la Iglesia en busca de su propia felicidad y paz mental, lo que sería genial, solo que se está yendo con el discurso de la interseccionalidad en su mente, allí, en el mundo de las ideas es posible que, como conté del youtuber, se llene de odio y rechazo hacia la Iglesia, y una de las muestras es su declaración errónea acerca de las creencias de la misma.

Esto mismo pasó con uno de mis pianistas favoritos SUD, Paul Cardall, quien al irse de la Iglesia, la comparó con los Fariseos, por ser muy estricta, conservadora y poco amable con la comunidad LGBT. Aunque no es muy diferente el caso de Dan Reynolds, que es fundador del concierto Loveloud, para concientizar sobre lo dañino que es la iglesia para la comunidad LGBT, al menos él no confirmó su salida de la Iglesia, sino que la describe como una relación complicada.
Y así podríamos enumerar la cantidad de miembros famosos que han abandonado la fe porque no calzaba con el lineamiento de la interseccionalidad, porque ellos no consideran a la Iglesia como una aliada, sino como parte del cristianismo en general que es opresor y ultraconservador. 

Ninguno de ellos podría afirmar que los miembros los rechazaron o que los condenaron; es más, en las redes sociales, la mayoría de los miembros que los siguen aún les dan muestras de apoyo y respeto. Ciertamente, es necesario reconocer que hay casos en los que se presentaron rechazos y no se hacen virales porque no son famosos. Es esto lo que se debe cambiar en la cultura de los miembros, porque el apedreamiento no es una enseñanza del Evangelio Restaurado.

¿Y ahora qué podemos hacer?

Por ellos, solo podemos orar, por los que han abandonado la Iglesia y por los activistas de la interseccionalidad. Oramos porque no saben lo que hacen. Sin embargo, también considero necesario realizar un cambio aún más significativo dentro de cada uno de nosotros. Me imagino que todas sus experiencias en parte son ciertamente dolorosas. Ellos no se están yendo por las controversias en la historia de la Iglesia, no se están yendo porque José Smith usó una piedra vidente para la traducción del Libro de Mormón, no se van porque un miembro no les saludó un domingo. Ellos se está yendo porque no consideran felicidad al estilo de vida en la Iglesia y allí radica el problema.

¿Qué es pues la felicidad? Es una pregunta muy profunda, ¿qué es lo que realmente nos hace felices? hace algún tiempo escribimos un artículo de reflexión sobre la felicidad en la Iglesia, donde advertíamos que es importante reconocer la fuente de nuestra felicidad, la cual debe venir de Jesucristo y Su Expiación.

Al reconocer nuestro estado caído, también podremos reconocer nuestra verdadera identidad, naturaleza y destino divinos. Y esto solo viene de una conversión profunda y sincera con Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo. No basta con hacer las cosas que se espera que hagamos como miembros de la Iglesia, es necesario estar convertidos al Salvador, tener una relación personal con Cristo y vivir para Él y para nadie más. Si nuestra vida está centrada en Cristo, entonces la vida será mucho más llevadera. Las preocupaciones, el trabajo, el estudio, las relaciones interpersonales, las metas de la vida, todo aquello en esta experiencia terrenal tendrá un significado mayor, pues ya no viviremos más, sino que Cristo vivirá en nosotros (Gálatas 2:20).

Sé que esto suena a un idealismo barato, irrealizable, irrazonable, inentendible. Sin embargo, Así son las cosas espirituales, para el hombre natural es locura (1Corintios 2:14). Todos tenemos el albedrío moral y somos capaces de tomar nuestras decisiones. Si realmente tenemos un testimonio de Dios, de Su Cristo y de Su Iglesia, entonces esforcémonos por seguirlo a Él incluso si esto va en contra de nuestra propia naturaleza carnal y caída, hasta que nuestra voluntad sea absorbida en la voluntad del Padre.

Creo, también, que es necesario que nunca olvidemos o que dejemos a un lado cuál es nuestra verdadera identidad, la más valiosa, la que nos define, por la que nosotros debemos vivir. Pues nuestra verdadera identidad o nuestro auténtico yo no se define por nuestra orientación sexual o género, va mucho más allá: Somos Hijos e Hijas de Dios.

Conclusión

Los miembros que experimentan crisis de fe, muchas veces, son los más sinceros, porque se enfrentan a la opinión pública. Y cuando toman la decisión de abandonar la iglesia, puede ser difícil para ellos.

Es interesante ver que tienen distintas razones para dejar el camino de la fe. Pero lo que puedo decir es que muchos de los que asumen la interseccionalidad, no necesariamente se vuelven ateos, sino que aún creen en un Dios de Amor y Justicia, solo que lo entendieron de un modo distinto. Solo nos queda seguir demostrando amor y caridad con ellos, aunque ya no compartamos las mismas creencias, ellos siguen siendo hijos e hijas del Padre Celestial, nuestros hermanos y hermanas.